No sabría expresar todo lo que
siento,
ni cómo agradecerte tus más
sinceros abrazos
en aquellas noches de verano.
Hasta las estrellas habían
desaparecido tras el oleaje de tus besos.
La luna era la única que nos
hacía compañía.
Tú, como no, siempre a mi lado
incluso cuando parecía que nos estábamos ahogando en un
pequeño charco.
Nunca he podido decir que no
tengo nada. Pues el mero hecho de tenerte a ti,
ya era tenerlo todo.
Y es que te necesito,
como el pez necesita al agua y el
cielo necesita a las estrellas.
Quiero que sigamos caminando por
la playa
como si no hubiera un mañana,
pensando que tal vez, en unas
horas se acaba el mundo.
Pero más doloroso sería perderte
a ti,
Puesto que eres quien me hace
feliz.
Gracias por alegrar mis días, mis
noches, mi vida.